sábado, 17 de mayo de 2014

Terminar de leer un libro

Terminar de leer un libro conlleva muchas cosas. Se experimentan todas las emociones. La pena, la alegría, la duda, el miedo. La pena de saber que terminó, que esa historia que tanto te cautivó, que te mantuvo al borde del asiento, ya llegó a su fin. Que aquellos personajes que llegaron a formar parte de tu vida, que fueron tus amigos y enemigos, que te hicieron reír y llorar, ya no estarán más. La alegría de saber que ya todo acabó, que por fin sabes cómo concluyó la maraña de enredos que el autor tejió con tanta habilidad. Y fuese cual fuese el final, este te sacó una sonrisa y una lágrima. La duda, el vacío después de todo. Las preguntas llenan tu mente pues no sabes lo que seguirá. Qué será de los seres a los que seguiste por tanto tiempo, a quienes acompañaste en tantas aventuras. Lo último que queda es el miedo, miedo a que una parte de ti se quede atrapada entre las páginas del libro. Miedo a creer que ya nada será igual. Miedo a pensar que no podrás enamorarte de otra historia tanto como lo hiciste con esta. Pero la verdad es que si se puede. Cada historia es diferente, son puertas a distintos mundos, permiten abrir tu mente y dejar volar tu imaginación. Cada vez que lees un libro, tú te transformas en uno, te conviertes en un libro de páginas tan blancas como la nieve, y a cada palabra que lees, una historia comienza escribirse en ti.
Sin quererlo notas que la narración te afecta. Sufres cuando algo malo pasa, y sonríes cuando dicen algo divertido. Tu mente se interioriza y comienzas sospechar lo que vendrá. Notas como el cariño por los personajes va en aumento. Hasta que llega el punto que reconoces que la historia te consumió. Te atrapa entre sus brazos, negros como la tinta, te enseña un mundo totalmente nuevo y diferente. Te hace volar entre montañas y nubes, entre lagos y bosques, te hace cruzar desiertos y sumergirte en las cuevas más profundas. Recorres distancias inimaginables y te enfrentas a criaturas desconocidas. Te da valor para afrontar peligros y superar obstáculos. La historia serpentea hasta llegar a tu corazón, lo cobija y reconforta. En ese momento te preguntas, ¿cómo una simples palabras, entrelazadas con sutileza y bien escogidas, pueden ser capaces de brindarte tal grata sensación?


No hay comentarios:

Publicar un comentario